viernes, 10 de agosto de 2007

EL RETO DE ENSEÑAR EVOLUCIÓN



La Teoría de la Evolución, como bien sabemos, constituye uno de los pilares fundamentales de la Biología moderna, junto con la Teoría Celular y la Genética. La concepción evolutiva nos ha aportado una manera diferente de comprender la Biosfera, como un elemento dinámico y cambiante.

No obstante, pese a su importancia, el docente en los Centros públicos encuentra serias dificultades a la hora de transmitir esta relevancia científica. En primer lugar, el hecho de que esta teoría se reduzca a un único curso, 4º de ESO, en el que también se abordan otras grandes teorías como la Celular que mencionábamos, o la Tectónica de Placas, en el bloque de Geología. Se trata de conceptos cruciales y a la vez complejos, que no se abordan de una manera recurrente a lo largo de toda la etapa de secundaria, como sucede con otros aspectos.

Los alumnos, pueden presentar un notable grado de motivación, dado el carácter voluntario de las Ciencias naturales a partir de este curso. No obstante, la ausencia de ideas previas bien arraigadas, o incluso la presencia de ideas erróneas preconcebidas en el seno de la Sociedad de la información, hacen que a menudo se lleven consigo una idea confusa, o poco clarificante, sobre los cambios acontecidos en la Vida desde su origen, aspecto que a su vez choca con otros ideales y creencias de tipo religioso.

En definitiva, puede decirse que este es uno de los temas más importantes, y a la vez más conflictivos en el campo de la enseñanza de la Biología, donde el docente debe comprimir un impresionante abanico de pruebas científicas de muy diferentes ámbitos, que demuestran que la Evolución es algo más que una Teoría, siendo un Hecho histórico.

Revista eVOLUCION2(2), Sociedad Española de Biología Evolutiva SESBE.

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